martes, 29 de septiembre de 2015

196.- El Corpus y las comuniones

Es tradición que, el día del Corpus, las niñas y los niños que han hecho la primera comunión ese año vayan otra vez a misa, comulguen y acompañen la procesión que recorre algunas calles del pueblo. Este día, los fotógrafos vuelven a sacar sus cámaras y retratan la procesión, los altares que montan algunos vecinos y, cómo no, a los niños y niñas que este jueves radiante lucen sus galas en fila. Son fotografías del Corpus Christi hechas en distintos años, pero la cronología es cosa que os la dejo para que vosotros la averigüéis.

De entre las fotos que Pepe Repiso guarda celosamente, las mismas que su madre Antonia no consiguió vender, aquí os muestro las que pude rescatar. Y sin comentarios, para no distraer la atención a los que solo prefieren mirar.

(Otras entradas de este blog donde aparecen niños de comunión o procesiones del Corpus son las números 52-56-114)


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miércoles, 23 de septiembre de 2015

195.- Sobre dos ruedas




¿Qué hacen Pepe Solano y dos amigos más conduciendo esta lujosa, imaginaria e inexistente moto dibujada sobre un tablero? Pues eso, soñar que viajan en motocicleta en unos tiempos en los que tener una moto era un lujo imposible para muchos saucedeños.

En aquellos años de penuria, a lo más que se podía aspirar era a tener una bicicleta, una de aquellas Orbea o BH de hierro puro fabricadas en el País Vasco. Por cierto que BH son las iniciales de Beasategui Hermanos, los empresarios vascos que las fabricaban.

Las bicicletas normalmente no eran para dar paseos ni darse pisto: si se compraban era para ir al trabajo y desplazarse de un sitio a otro más rápidamente que andando. Pensando sin duda en la ventaja de la velocidad, la Dirección General de la Guardia Civil compró una par de bicicletas BH para la pareja de civiles que con mosquetón, capote y tricornio vigilaban caminos, cortijos y carreteras.

Rafalito de Julián y Dionisio Cano un día de la Cruz en Cauche.

Gervasio en la puerta de su casa junto a la bicicleta de su padre.

Hipólito Ramos Ortigosa luciendo bicicleta con faro.

Pepillo el de Román con su bicicleta delante de la casa de los Mérida.

Concentración de ciclistas. Entre otros están Juanito García, mis hermanos Pedro y Pepe, Menchoro, Muñoz Sedano...

Lo que de verdad constituía un lujo para cualquier sucedeño era tener una moto de aquellas marcas legendarias: Montesa, Osa, Bultaco...

Héctor Mérida, Juan García, Manolo Román... sobre una moto que más bien parece un tráiler.

Uno de los problemas de los vehículos era la escasez de caucho. Los neumáticos se reparaban una y otra vez hasta que se le salían los alambres. En la foto Onofre, Manolo Román, Pepillo Herrero...


Unas mocitas rodean en La Linde a José Antonio Huevos montado sobre su Guzzi.

Obreros del pueblo que trabajaron en la reparación de la carretera de Las Pedrizas. El conductor del motocarro es Manolo Marquitos.

Juanito La Bigota y su hija Magdalena un día de san Marcos en La Yedra.


Paco y Antonio Godoy.

Antoñito La Bigota inflando la rueda de la moto junto a uno que no conozco.
De pie, Rafalito Julián.

De paseo en moto a la Sulfurera: Marquitos padre, Antoñito y Bernabé.

Ese era yo, conduciendo la Montesa de mi suegro Manolo.

Antoñito y Bernabé el día que fuimos a bañarnos en la alberca de la Sulfurera.

Averiado en Las Pedrizas.

Yo ídem: empujando la moto que no arrancaba.

Por si a alguno se le ocurre enviarme algún comentario, alguna sugerencia o alguna foto, os recuerdo mi correo electrónico: fjacuriel@hotmail.es

viernes, 18 de septiembre de 2015

194. Censos de población

La existencia de numerosos  yacimientos arqueológicos en todo el Alto Valle del Guadalhorce nos permite afirmar que desde los tiempos más remotos estos fértiles parajes, por los que discurren varios ríos y en los que manan numerosas fuentes, estuvieron habitados desde épocas muy remotas. El asentamiento humano más antiguos de nuestro entorno está situado en el cortijo del Ventorro Viejo, en los llanos de Salinas,  y se corresponde con el paleolítico, lo que confirma que hace unos 30.000 años ya habitaba el hombre nuestra comarca.

Culturas antiguas como la púnica, romana y visigoda han dejado sus vestigios diseminados desde la sierra hasta el Brosque, y desde Salinas a los puertos de Las Pedrizas y Las Fresnedas: es tierra de paso entre el interior de Andalucía y los puertos del Mediterráneo.

La historia de nuestro pueblo como grupo de población (es una villa ‘nueva’) se inicia en época muy reciente, con la llegada a principios del siglo XVII de los primeros pobladores, que se dedicaban a la ganadería y a la explotación de la madera de sus frondosos bosques. El primer dato del que disponemos sobre el número de habitantes es del año 1639, en el que se dice que en el partido del Saucedo vivían 10 familias distribuidas en cabañas y viviendas aisladas, como simples cortijadas, sin constituir un núcleo de población significativo.

Nateras y Navas escriben:

“La fundación de la actual localidad se efectuó en los primeros años del siglo XVII. Tuvo su origen en seis caseríos situados en una realenga dentro del territorio jurisdiccional y solariego del Duque de Osuna, siendo sus primeros pobladores Cristóbal Navas, Paula Gómez y Sebastián Pérez Alba y su hermano José, que con sus familias, los enlaces matrimoniales y la afluencia de otros vecinos de pueblos cercanos, progresivamente fueron aumentando el primitivo núcleo de población...”

El hecho de que en el año 1760 se dotase al pueblo de una iglesia parroquial indicaría que ese aumento de población fue especialmente rápido durante el siglo XVIII.

A principios del XIX se contabilizan ya 1.378 habitantes, lo que lleva a los vecinos del partido del Saucedo a solicitar la independencia para constituirse en municipio segregado de Archidona, puesto que cumple el requisito recogido en la Constitución de Cádiz de 1812 que reconocía este derecho a las comunidades con más de mil habitantes.

En el diccionario de Pascual Madoz, elaborado entre 1845 y 1850, se habla de que por aquellos años había 1.547 vecinos en Villanueva del Rosario. Fue a partir de 1857 cuando se crea la Comisión de Estadística General del Reino, y es en este mismo año cuando se elabora el primer censo de población por inscripción nominal y directa.

En el informe que una maestra de la escuela de niñas del pueblo hace el año 1868 rindiendo cuentas de su gestión y de sus gastos, habla de que el pueblo tiene 2.018 almas agrupadas en 498 vecinos o familias.

Al año siguiente, en la Crónica de la Provincia de Málaga de José Bisso de 1869, se dice que el pueblo de Villanueva del rosario tenía 2.015 habitantes agrupados en 495 familias.

Del Instituto Nacional de Estadística hemos sacado otros datos de población del siglo XIX.

Año        Habitantes
1842       1.547
1860       2.015
1877       2.853

A partir de 1900 los censos actualizan periódicamente el número de habitantes de Villanueva del Rosario y su término municipal. Las cifras de estos censos son las que aquí recojo ya que difieren muy poco de las que aparecen en el Instituto Nacional de Estadística.

Año        Habitantes
1900       2.691
1910       2.815
1920       2.878
1930       3.188
1940       3.408
1950       3.809
1960       3.777
1970       3.041
1981       2.805
1986       3.131
1987       3.235
1989       3.206
1990       3.255
1991       3.187
1992       3.222
1993       3.264
2001       3.340
2010       3.698

He consultado al encargado del censo del ayuntamiento y me dice que el día 1 de enero de este año de 1915 las personas censadas en nuestro municipio eran exactamente 3.508

De la observación de estos datos de población, que pueden ser completados con sucesivas investigaciones para rellenar los vacíos existentes, podemos sacar algunas conclusiones.

-Desde los orígenes del pueblo se observa un progresivo y continuo aumento de la población, tendencia que se mantiene hasta finales de los años cincuenta del pasado siglo.
-A mediados del siglo XX el pueblo contaba con 3.809 habitantes, la cifra más alta de su historia.
-Entre los años 1955 y 1985 abandonan el pueblo un millar de personas, más de la cuarta parte de su población, que se ven obligadas a emigrar.
-A partir de los ochenta se observa un paulatino aumento de la población, debido fundamentalmente al crecimiento vegetativo, pues son pocas las personas emigradas que deciden retornar.

Aunque nuestro pueblo ha sido emisor de emigrantes (primero a Argentina y luego a Francia, y sobre todo a Cataluña), también ha recibido familias oriundas de otros pueblos cercanos, como lo atestiguan algunos gentilicios conservados como apodos de estas familias y que aún se mantienen.

perotes de Álora
castilleros de Cauche
colmenareños de Colmenar
bermejos de Casabermeja
regordeños de Riogordo
alfarnateños de Alfarnate
lojeños de Loja
trabuqueños del Trabuco


En la actualidad, además del regreso de emigrantes jubilados provenientes de Cataluña y Francia, se observa un aumento de población flotante, entre la que destaca una nutrida colonia inglesa, que ha escogido el pueblo y los cortijos de su término como segunda vivienda. Al contrario de otros pueblos de la comarca, en Villanueva del Rosario no se han creado empresas que sean capaces de dar empleo estable a la creciente población laboral joven. La proximidad de la ciudad de Málaga y la posibilidad de encontrar trabajo en la Costa del Sol quizás pudieran garantizar durante un tiempo el mantenimiento de la población saucedeña en torno a los 3.500 habitantes.

jueves, 10 de septiembre de 2015

192. Excursión al Caminito del Rey 1933

El día 25 de junio del año 1933, un grupo de vecinos de Villanueva del Rosario fue de excursión al recién inaugurado conjunto de embalses del Chorro y del caminito del rey. Uno de los excursionistas, José Navas Nateras, hizo este reportaje fotográfico que aquí os muestro con el permiso de su propietaria Irene Nateras Navas.

Los que pudieron ir a este viaje era gente del pueblo que tenía una cierta solvencia económica porque por aquellos años la situación laboral y social de la mayoría de los saucedeños no estaba para fiestas.

Han pasado muchos años desde esta fecha y los partícipes en este día festivo ya no están entre nosotros; solo podemos recordar algunos nombres.

Llegada de la excursión al pantano Gaitanejo.
Foto tomada en el puente sobre el Guadalhorce.

Muro de contención del pantano del Chorro.

Glorieta sobre el muro.


Los excursionistas.


Vista del embalse.

Escalera a la caseta de compuertas.
El hombre de la derecha es Cristóbal el sordo.

Embarcadero del pantano Gaitanejo.


El caminito del rey.

Puente del ferrocarril.

Balconcillo.


En el balconcillo.

Pareja de la izquierda: José Nateras y su mujer Margarita.
Pareja de la derecha: Nicolás Morales, su mujer y su hijo.
Sentados en el suelo: Manolo Nateras (el de la breva) y Diego Navas (el abogado) 

viernes, 4 de septiembre de 2015

191.- El pueblo hoy y ayer


En la novela Las ciudades invisibles de Italo Calvino, el viajero veneciano Marco Polo le describe a Kublai Kan, emperador de los tártaros, las ciudades reales o imaginarias que ha visitado; todas tienen nombre de mujer. El fragmento que transcribo guarda relación con las parejas de fotografías que hoy os muestro, en las que aparecen calle de nuestro pueblo, que también tiene nombre de mujer: Rosario.

“En Maurilia se invita al viajero a visitar la ciudad y al mismo tiempo a observar viejas tarjetas postales que la representan como era: la misma plaza idéntica con una gallina en el lugar de la estación de autobuses, el quiosco de música en lugar del puente, dos señoritas con sombrilla blanca en el lugar de la fábrica de explosivos.”

Los cambios en nuestro pueblo no dan para tanto pero “de todos modos la metrópoli (el pueblo) tiene este atractivo más: que a través de lo que ha llegado a ser se puede evocar con nostalgia lo que fue”.

Sin comentarios y sin más aclaraciones, el bloguero del murre tiene ahora el trabajo de situar las imágenes (las de hoy y las de ayer) en el callejero local.


Donde ahora hay una mujer y un niña...

...ayer había un burro amarrado a la ventana

Donde ahora hay tantos coches subidos a la acera...

...ayer había una niña que daba sus primeros pasos sobre un pavimento en obras.

Luego vinieron otras obras...



Y ahora está así:



Donde ahora hay un cuartel con un jardín de flores marchitas, y puerta y ventanas cerradas...

...había ayer un edificio recién terminado con guardias de tricornio que entraban y salían.

Donde ahora hay árboles frondosos que tapan las fachadas...

...había ayer barro, piedras y acacias recién plantadas.

Donde ahora hay una calle con una fila de coches aparcados...

...ayer había un grupo de mujeres charlando en la puerta de sus casas..

Donde hay un azul y luminoso cielo despejado...

...no aparecen más que las piedras del suelo porque eran fotos hechas para que la Diputación viera lo mal que estaban las calles.

Hoy salen en color las cuatro viviendas sociales...

...las mismas que el día de su inauguración aún tenían el el rótulo con el nombre de la calle: Virgen de Gracia.

Lo que hoy es una vía moderna, recién terminada, con maceteros y pivotes de hierro, pero vacía de gente...

...ayer era una calle donde siempre había gente paseando y mujeres asomadas a las puertas.

Lo que hoy es una amplia avenida que te levanta la mirada hacia el Morrón de la Aguililla...

...ayer era el proyecto de ampliación que quería para su pueblo el hombre que en la foto aparece con el traje claro: Juan Molina


Y luego se ha vuelto a reformar.

Lo que hoy es un edificio acosado de coches, quioscos y árboles desmadrados...

...ayer era el Centro Rural de Higiene y Casa del Médico.


Y otra vez se ha vuelto a reformar y para darle otro uso.

Así es ahora calle Serranes...

...y así se veía una tarde de otoño del año 1959.